sábado, 16 de julio de 2011

La diferencia

Uno hace el balance de una experiencia cuando ésta se acaba. Yo, cuando me quedan un poco más de dos meses para volver a mi verdadera casa, ya empiezo a tener una sensación de retorno, o si más no, de retorno inminente. Llevo seis meses en este país, Bolivia, el cual me ha acogido como una hija adoptiva, que sabía que no era para siempre, pero a ella nunca le importó, me recogió en su regazo y me cuidó.

Nunca me he sentido sola, más bien como en casa, cómoda y aceptada desde el primer día que llegué. Está claro que un país lo hacen las personas que lo componen, por eso Bolivia se ha convertido en un refugio cómodo y cálido. He tenido suerte en escogerlo como lugar para mi vivencia, creo que más vital que profesional, pero con la mirada puesta atrás, creo que al fin venia para eso, aunque ya no importa. Me llevo más de lo que traje, para mí eso ya es motivo de compensación.

Aquí he aprendido a estar sola realmente (aqunque siempre he tenido gente a mi lado), me refiero que he tenido que conformar mi cotidianidad de cero, me he puesto a prueba y he llegado a conocerme yo y mís límites. Me ha gustado lo que he visto. He superado frustraciones, miedos e inseguridades. Se que soy una persona maleable, que me adapto a las circunstancias, soy agua o aire, que encaja en cualquier receptáculo, y eso me gusta.

He aprendido otra visión del mundo y eso me hace más tolerante al verdadero mundo, no a la burbuja en que todos vivimos y que lo vemos como Único . Ese no es el mundo, es sólo una porción minúscula de lo que es la existencia. Me he maravillado oyendo visiones distintas de la vida, concepciones, más sencillas y más complejas, pero todas ellas ricas porque te "mueven el piso". Me deconstruyo cada día ante las nuevas miradas, alejo mi etnocentrismo de mis labios y mis oídos, ahora por primera vez creo en la maravilla de la diversidad, las miradas oblícuas, perpendiculares o diametrales que nos sirven para encajar una nueva pieza de este puzzle tan complejo. Obvio que no lo comprendo todo, pero he logrado comprender algo más o si más no, mi mirada es más compleja. Recojo nuevos elementos y los incorporo, me vuelvo un poco más relativa ante la vida, los absolutismos, las miradas únicas, la linia recta, el camino limpio y aséptico...

Hubo un tiempo, que aún perdura, que unos pocos nos hicieron creer en lo Universal, en la igualdad de patrones, de estilos de vida, de decisiones y opciones...a eso lo llamaron Igualdad, puro engaño, pura estafa que todos seguimos pagando...todos iguales era todos máquinas, todos apersonales, arrebatándonos nuestras diferencias, que es lo que hace precisamente rico al hombre y a la mujer. La diferencia como una nueva forma de leer el mundo...¿cuando nos hicieron creer que la diferencia es el origen de nuestros desacuerdos? la diferencia es riqueza, es compatibilidad....aqui, en Bolivia, he encontrado una pieza nueva para mi rompezabezas.