Descripción del Colegio Kurmi Wasi, proyecto de la Fundación Taypi de Achocalla (documento facilitado por la escuela):
La Fundación Taypi es una organización que fomenta y facilita la convivencia entre diferentes y articula las diversidades de género, generaciones y culturas.
Uno de los proyectos de la Fundación Taypi es el Colegio Kurmi Wasi, ubicado en la comunidad rural de Achocalla, entre las ciudades de El Alto y La Paz. El colegio, a través de una propuesta educativa intercultural e integral, busca contribuir en la educación de niños, niñas y adolescentes provenientes de diferentes realidades sociales, culturales, económicas e intelectuales para coadyuvar a que sean personas satisfechas con ellas mismas y comprometidas con su entorno social y natural.
Esto significa que:
- por lo menos el 40% de los alumnos y alumnas son del campo y pertenecientes a la cultura aymara,
- se integran niños y niñas con discapacidades,
- niños y niñas de clase media comparten un mismo espacio y su día a día con niños de un medio rural, de otra realidad social.
Brindamos una enseñanza que respeta los ritmos de aprendizaje de cada alumno y alumna, pero en equilibrio con una construcción de un sentido colectivo. El respeto hacia a cada uno, hacia lo otro, implica aprender a valorar nuestras diferencias percibiéndolas como formas de complemento entre unos y otros. Que sea parte del día a día el convivir entre diferentes, donde pertenecer a una u otra cultura, tener Síndrome de Down, ser paralítico, o simplemente uno más entre todos sea un valor, para de esta manera llegar a ser una persona capaz de marcar una diferencia en esta sociedad.
En el aula introducimos metodologías de trabajo como los proyectos de investigación que implican saber usar información de diferentes fuentes de información (libros, periódicos, internet, realizar entrevistas, etc.), trabajar en equipo, organizar y distribuir responsabilidades, cumplir con los tiempos previstos y presentar los resultados al curso o a los padres de familia.
La interculturalidad se refleja en una propuesta educativa que muestra las diferentes formas de entender el mundo, que cada cultura encontró sus maneras de interpretar el entorno y que cada interpretación es válida. Por eso también trabajamos en la recuperación y transmisión de valores ancestrales como es el AYNI que es la reciprocidad, la horizontalidad y el equilibrio entre hombre y mujer, entre jóvenes y ancianos, entre el ser humano y la naturaleza.
Otro tema es el ejercicio de ciudadanía que se pone en práctica a través de las asambleas de curso y generales del colegio, donde se debaten temas propuestos por estudiantes, docentes o personal administrativo como ser el uso de la cancha de fútbol, la limpieza de los baños, el tipo de alimentación adecuada a consumir, problemas de relación, etc. Lo que pretendemos desarrollar con la asamblea es crear un espacio para reflexionar, criticar, proponer, saber organizarse como grupo, aprender a sustentar argumentos, ser creativos en la búsqueda de soluciones, ejercer derechos, establecer obligaciones. De esta manera se ejerce la ciudadanía, se empodera y se construyen relaciones de igualdad.
Actualmente estamos en el sexto año de funcionamiento y contamos con 117 alumnos con edades entre cuatro y quince años con una tendencia a crecer cada año ya que existe una creciente demanda por parte de la gente local como también de la gente de las ciudades de El Alto y de La Paz.
El colegio se autofinancia con las pensiones que pagan las familias y que están basadas en un principio de solidaridad, lo cual se expresa en que las familias con mejores posibilidades económicas pagan más, a fin de compensar los aportes reducidos que hacen las familias con menos recursos. Sin embargo, este mecanismo no es suficiente para lograr las condiciones óptimas que implica ofrecer una educación de calidad. Por lo que nos vemos en la necesidad de acercarnos a personas amigas que pudieran tener el interés de contribuir económicamente en la educación de niños, niñas y jóvenes de escasos recursos económicos de la zona de Achocalla y de esta manera cubrir la diferencia entre lo que paga la familia y lo que cuesta la educación de su hijo o hija. Vale indicar que las familias de escasos recursos, a fin de compensar el aporte mínimo en dinero, realizan actividades en beneficio del colegio, a través de la fabricación de adobes para la construcción de aulas, la preparación de alimentos que se sirven a los estudiantes o de la entrega de alimentos de su producción agrícola.
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